Hay muy pocos artistas que consigan componer esas melodías que enganchan a la primera. Así a bote pronto podría decir el combo McCartney-Lennon, el combo Morrissey-Marr o Stuart Murdoch, y creo que The Byrds deberían ser incluídos entre ellos. Gene Clark, Davis Crosby y Roger McGuinn formaban el tridente perfecto para atacar tanto temas propios como versiones del mismísimo Bob Dylan.
"Mr. Tambourine Man" fue el álbum de debut de esta banda de Los Angeles. La influencia de The Beatles es muy clara, tanto en las armonías como en el sonido de los instrumentos. The Byrds intentaron llevar el sonido de los de Liverpool a su terreno y mezclarlo con el sonido característico del country americano, aunque este sería mucho más evidente años más tarde, sobre todo con el disco "Sweetheart Of The Rodeo" (donde ya contaban con el genial Gram Parsons).
La canción que abre el álbum, "Mr. Tambourine Man", es una versión de Dylan, que nos muestra varias claves del sonido de The Byrds. La Rickenbacker 360 de 12 cuerdas es lo primero que se escucha al darle al play, ese sonido de guitarra tan característico de la época y en concreto de esta banda. En cuanto entran las voces vemos la segunda característica clave: las perfectas armonías vocales entre McGuinn, Clark y Crosby. "I'll Feel A Whole Lot Better" está compuesta por Clark, y de nuevo nos encontramos con una melodía preciosa, apuntalada con la Rickenbacker y las armonías vocales. Si seguimos profundizando en el álbum nos encontramos con "You Won't Have To Cry", "All I Really Want To Do" (también versión de Dylan) o el tema que acompañó en la cara B al single "Mr. Tambourine Man", "I Knew I'd Want You". En el apartado de versiones se atreven con otras dos más de Dylan, una de De Shannon ("Don't Doubt Yourself, Babe") y una de Seeger ("The Bells Of Rhymney"). Y por último, no nos podemos olvidar de la preciosa "Here Without You", uno de los mejores temas de The Byrds.
Sin duda fue uno de los álbumes que empezó a cambiar el panorama. Convirtió a The Byrds en el primer grupo capaz de hacerle frente a The Beatles y empujó definitivamente a Dylan a electrificar su folk acústico.