La mayoría de la gente coincide con que la mejor etapa de The Rolling Stones va de 1968 a 1972. Del "Beggars Banquet" (1968) al "Exile On Main Street" (1972), pasando por el "Let It Bleed" (1969) y el "Sticky Fingers" (1971), fueron los cuatro mejores álbumes de la que, para muchos, es la banda más grande de rock 'n roll. "Exile On Main Street" no hace demasiado que ha sido noticia debido a la reedición que se ha hecho este año y, con ese motivo, se hicieron varios reportajes alabando el disco, y en bastantes casos poniéndolo como el mejor LP firmado por 'sus satánicas majestades'.
"Exile On Main Street" se grabó en una casa que había comprado Keith Richards al sur de Francia después de varios problemas con fisco británico. Jimmy Miller se encargó de la producción, como venía haciendo desde "Beggars Banquet", y el álbum, que se había empezado a gestar en el verano del 71 no se acabó hasta marzo del 72 en Los Ángeles.
Mick Taylor había reemplazado al genial Brian Jones dos años antes, y para muchos el sonido más blues de este álbum es debido a su influencia. Y sí que es cierto que pese a haber temas de su característico rock 'n roll, como "Rocks Off" o el tema interpretado por Richards, "Happy", se apreciaban otros temas que bebían de las raíces del blues ("Shake Your Hips", "Ventilator Blues") o del rock de los años 50 ("Rip This Joint"). Pero en este doble LP había tiempo también para canciones más pausadas, como "Loving Cup" o la genial "Shine A Light" (que dio nombre al documental que dirigió Martin Scorsese en la última gira de los Rolling hasta la fecha). Pero para mi gusto, la mejor canción del disco es "Tumbling Dice".
Así que ya saben: ¡'Ruocanrol' y a disfrutar!
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