Para casi toda esa generación que vivió su adolescencia en los 90, este es 'El Disco'. Hay álbumes que marcan un hito en la historia de la música, y este sin duda fue uno. "Nevermind" fue el segundo álbum de Nirvana tras "Bleach", y supuso el ascenso meteórico de Kurt Cobain y compañía a la cima del rock. En plena resaca de los sintetizadores ochenteros, Pixies, The Stone Roses o R.E.M. intentaban poner de nuevo las guitarras en boga, pero fue este álbum el que de verdad lo consiguió. Un auténtico éxito de ventas (que era justo lo que no quería Cobain), llegó a desbancar, en enero del 92, al "Dangerous" de Micheal Jackson del número 1 del Billboard. "Nevermind" fue el álbum que puso en boca de todos el grunge, ese estilo mezcla de tantos que surgió en Seattle a finales de los 80, principios de los 90.
El álbum se abre con ese himno generacional que es "Smells Like Teen Spirit", y que define a la perfección la fórmula básica que utiliza Nirvana, principalmente en este disco, que es la de estrofas más calmadas y explosiones muy punk en los estribillos, con la voz de Kurt Cobain desgarrando por encima de su rugiente guitarra y los continuos golpes de Dave Grohl a los platos de su batería. Se ve en "Smells...", se ve en "Lithium", o se ve en "In Bloom". Pero no faltan las explosiones más 'punk' de "Territorial Pissings" o "Breed", o la balada que cierra el disco, "Something In The Way". Todo esto sumado a "On A Plain", "Drain You" y a una canción como "Come As You Are", con ese riff memorable, hacen de "Nevermind un disco imprescindible para los amantes del guitarreo. Sin duda uno de los álbumes de los 90.
Os dejo "Breed" en su mítico concierto en el festival de Reading de 1992.
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